En un mundo donde estamos constantemente bombardeados con información, mantener una memoria aguda es más esencial que nunca. Una rutina para que la memoria no falle te ayudará a preservarla.
Independientemente de nuestra edad, todos tenemos la capacidad de aprender y fortalecer nuestra memoria ¿Qué significa esto? Significa que el proceso de aprendizaje no está reservado exclusivamente para los jóvenes.
Podemos y debemos seguir aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida. Ya sea que decidas sumergirte en un nuevo idioma, una manualidad, un hobby, o cualquier otra actividad, estás haciendo más que simplemente adquirir una nueva habilidad: estás fortaleciendo tu cerebro.
Al aprender cosas nuevas, creamos nuevas conexiones neuronales. Estas conexiones no solo mantienen nuestro cerebro en forma, sino que también tienen el potencial de retrasar la aparición de enfermedades degenerativas, como el Alzheimer y otros tipos de demencia.
Cómo funciona la memoria
Vivimos en una era de información. Sin embargo, ¿Qué tan eficientes somos al retener todo lo que aprendemos?
La memoria no es solo una herramienta que usamos para recordar datos, es una habilidad que, con el enfoque y la rutina adecuada, podemos mejorar significativamente y evitar que la memoria falle en los momentos en los que más la necesitemos.
Tipos de memoria
Memoria a corto plazo (MCP): Almacena información temporalmente y tiene una capacidad limitada.
Cuando olvidas lo que ibas a decir, es porque la información nunca pasó de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
Características principales de la memoria a corto plazo o también llamada memoria de trabajo:
- Capacidad limitada: Solo puede contener una cantidad limitada de información a la vez. Por ejemplo, la mayoría de las personas puede retener alrededor de 7 elementos (más o menos 2) en su memoria a corto plazo.
- Duración temporal: La información en la memoria de trabajo se pierde rápidamente a menos que se renueve activamente o se transfiera a la memoria a largo plazo.
- Manipulación activa: No solo mantiene la información, sino que también la manipula. Por ejemplo, al resolver un problema matemático en tu cabeza, utilizas tu memoria de trabajo para mantener los números en mente mientras los manipulas.
Memoria a largo plazo (MLP): Una vez que la información es relevante o se repite lo suficiente, se traslada a la memoria a largo plazo. Aquí es donde se almacenan recuerdos, habilidades y datos.
Características principales:
- Gran capacidad: A diferencia de la memoria a corto plazo o de trabajo, la memoria a largo plazo tiene una capacidad prácticamente ilimitada. Puede almacenar una cantidad inmensa de información.
- Duración: La información en la MLP puede durar desde minutos hasta toda una vida. Algunos recuerdos pueden desvanecerse o distorsionarse con el tiempo, pero muchos persisten durante décadas.
- Tipos de información: La memoria a largo plazo almacena varios tipos de información, incluidos hechos, experiencias personales, habilidades motoras, eventos, imágenes y sonidos.
Memoria procedimental: La memoria procedural, también conocida como memoria de procedimientos o habilidades, se refiere a la memoria de cómo hacer cosas.
Es la memoria que usamos para recordar habilidades motoras o hábitos que hemos aprendido. Estas memorias no suelen ser conscientes; es decir, podemos realizar las acciones sin pensar activamente en cómo hacerlas.
Características principales:
- Automatización: Una vez que una habilidad se ha aprendido y ha sido practicada repetidamente, se vuelve automática. No necesitamos pensar activamente en los pasos individuales; simplemente realizamos la acción.
- Resistencia al olvido: la memoria procedural es bastante resistente al olvido. Por ejemplo, una habilidad como montar bicicleta, una vez aprendida, rara vez se olvida por completo.
- No verbal: La memoria procedural suele ser difícil de expresar con palabras. Si bien podrías explicar cómo atarte los zapatos, es probable que te resulte mucho más fácil simplemente demostrarlo.
- Basada en la repetición: Adquirir una memoria procedural a menudo requiere repetición y práctica. Cuanto más practiques una habilidad, más fácil será recordarla y ejecutarla en el futuro.
Para que la memoria no falle y el aprendizaje perdure
Existen muchas formas para retener por mucho tiempo lo que aprendemos, se trata de constancia y practica y algunas estrategias que te muestro a continuación, pero es importante cambiar nuestra forma de pensar y ser más proactivos al respecto:
- Repetición espaciada: Divide el estudio en varias sesiones distribuidas en el tiempo. Este método ha demostrado ser más eficiente que estudiar todo de una vez.
- Enseñar a otros: Al intentar enseñar un nuevo concepto a alguien más, reforzamos nuestro propio entendimiento.
- Aplicar la técnica de la elaboración: Relaciona la nueva información con lo que ya sabes. Esta técnica construye conexiones neuronales más fuertes.
- Meditación: Aumenta la concentración y reduce el estrés, un factor que puede afectar negativamente la memoria.
Rutina para que la memoria no falle
Pero, ¿Cómo podemos incorporar esta práctica en nuestra rutina diaria? Aquí tienes algunos consejos:
- Dieta balanceada: Opta por alimentos ricos en antioxidantes. Frutas, verduras y nueces son tus aliados para una memoria saludable.
- Ejercicio físico: No solo es bueno para tu cuerpo, sino también para tu mente. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y puede estimular la formación de nuevas células cerebrales.
- Dormir bien: El sueño es el momento en que nuestro cerebro procesa y consolida los recuerdos del día. Una noche de descanso es esencial para una memoria eficaz.
- Estimulación mental: Lee un libro, resuelve acertijos, aprende algo nuevo. Estas actividades mantienen tu cerebro activo y en forma.
- Meditación: Esta práctica milenaria mejora la atención y la concentración, componentes clave para una buena memoria.
Ahora sabes que para que la memoria no falle es importante una rutina. La memoria es una habilidad dinámica, susceptible de ser entrenada y mejorada.
Al igual que un músculo, requiere ejercicio, cuidado y estrategia. Implementa estas técnicas y rutinas en tu vida diaria y descubre cómo puedes transformar tu capacidad de recordar y aprender.
Recuerda: cada día es una nueva oportunidad para desafiarte, crecer y fortalecer tu mente ¿Qué tal si empiezas hoy?